INYECTABLES SUBCUTÁNEOS

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DEFINICIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE INYECTABLES SUBCUTÁNEOS

En ciertas patologías, es necesario la administración de medicamentos en inyectables subcutáneos como tratamiento. Por lo general, son para pequeñas dosis.

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¿Qué son?

Los inyectables subcutáneos son aquéllos que se inyectan en el tejido adiposo (de grasa), justo debajo de la piel.

Son utilizados fundamentalmente para algunos fármacos como son la insulina, anticoagulantes y algunos medicamentos destinados a la fertilidad. Se suman a la lista las denominadas «vacunas de la alergia» y también, para la administración de morfina en combinación con ciertos neurolépticos en tratamientos terminales.

¿Cómo deben administrarse?

Lo primero que hay que hacer es escoger un punto de inyección.

Para ello, diferenciaremos entre varias zonas:

  • Abdomen.
  • Brazos.
  • Muslos.
  • Zona escapular.

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En tratamientos prolongados o crónicos, es importante alternar los puntos de punción, para evitar afecciones en las zonas de administración (endurecimiento, hematomas extensos, etc).

La zona seleccionada deberá estar libre de cicatrices, tatuajes, etc. A su vez, deberá estar limpia. Si se desea, previamente se puede limpiar la piel con una gasa con alcohol y dejar secar al aire antes de administrar.

Las manos deben estar limpias, por lo que se deberán lavar previamente con agua y jabón.

Con una mano se sostendrá la jeringuilla y con la otra mano se cogerá un pellizco con los dedos pulgar e índice, cerciorándose de que dicho pellizco contiene tejido graso bajo la piel.

inyección subcutánea

A continuación se deberá inyectar la aguja con un ángulo de 45º si se trata de inyecciones de heparina precargadas (anticoagulantes) o directamente de 90º si son insulinas en jeringuilla o «bolis» de insulinas, ya que en éstas últimas la aguja es más corta.

En resumen, el ángulo dependerá del largo de la aguja:

  • Si la aguja es más corta, el ángulo será de 90º.
  • Si la aguja es más larga, el ángulo será de 45º.

Una vez administrada la dosis, se soltará el pellizco y a continuación se extraerá la aguja.

En principio no debería sangrar. Si por el contrario sangrara un poco (al tocar algún vaso sanguíneo), se puede limpiar con una gasa limpia sin frotar, para no dañar la piel.

 

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